Porque si algo llama la atención de la ciudad de Cáceres es la enorme colonia de estas aves que campa y anida a sus anchas en torres, antenas y tejados. Pero aves aparte, lo que destaca, claro está, por encima de todo su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Lo más representativo está concentrado. Basta con atravesar el Arco de la Estrella de la Plaza Mayor para toparse recorriendo sus callejuelas estrechas, con iglesias, palacios, arcos, murallas….
Visita a la ciudad de Cáceres
El viernes que llegamos, después de dejar los trastos en el Hostal Hernán Cortes (bastante limpio y por 36 euros habitación doble) nos dimos una vuelta por estos rincones que, para mí, tienen mucho más encanto de noche, con la lucecilla tenue de las farolas y, ese viernes, además con la luna llena!!.
Apenas había gente por la calle y había un silencio sepulcral. Parecía que de un momento a otro oiríamos pasos contundentes por el suelo empedrado y a la vuelta de una esquina nos toparíamos con un Alatriste de capa y espada.
En esta zona de la ciudad cada edificio guarda una historia detrás y cada fachada merece ser mirada con detenimiento. Es imposible nombrarlos todos, en parte porque me falla la memoria y en parte porque esa tarea hay que dejársela a las guías de viaje, que de algo tienen que vivir, digo yo, pero entre lo que vimos está la concatedral de Santa María, los Palacios de los Golfines (de Arriba y de Abajo), la Torre de Sande (recubierta de hiedra),… Sorprende lo bien conservado y limpio que está todo.
Pero antes de esta visita, estuvimos en la Plaza Mayor, bastante grande, animada con terrazas y bares y con algunos edificios históricos como la Ermita de la Paz y la Torre Bujaco. Cenamos muy cerca de allí, frente a la Iglesia de San Juan, en una terraza de la Cafetería Centro, nada digno de mención. Bastante normalito. En casi todos los sitios que miramos, además, no había demasiada variedad aparte de embutidos, quesos y migas.
Santuario de la Virgen de la Montaña
Por la mañana subimos al Santuario de la Virgen de la Montaña, a unos tres kilómetros saliendo por la muralla en dirección opuesta a la Plaza Mayor. Lo mejor, las vistas a medio camino, porque desde lo alto de la colina ya se ve demasiado lejana la parte más monumental de la ciudad y además, el santuario es bastante soso, sobre todo por fuera. Al lado de éste, hay un Cristo con los brazos abiertos. Nada más que ver. Si hace calor, la caminata, en mi opinión, no merece la pena.
Casa Árabe Yusuf Alborch
De vuelta al centro de Cáceres, visitamos por dentro la Casa Árabe Yusuf Alborch por 1,50 euros la entrada. Es un edificio del siglo XII en el que se ha recreado un hogra árabe. Tiene carteles explicativos en cada una de las salas: harem, sala de armas, alcoba, bodega, hamman,… Se entra por un zaguán en el que hay un aljibe, un pozo de cuatro metros de profundidad donde se acumulaba agua de lluvia que caía ahí desde el tejado y servía también para refrescar los alimentos y bebidas de la bodega. Está curioso.
Fuimos luego a comer a El Pato de la Plaza Mayor. Tienen menús a 9 y 12 euros en terraza. Comida normalita.
La Concatedral de Santa María
Después de tumbarnos un rato en un trozo de cesped (tiene que haber tiempo para todo) entramos en la Concatedral de Santa María (1 euro) y en subimos a su torre (otro euro). Desde la torre hay unas vistas que merecen la pena y del interior del templo, lo que más me llamó la atención fue el retablo de madera natural, sin policromar.
Plaza de las Veletas y Museo de Cáceres
De allí, a la cercana Plaza de las Veletas donde se encuentra el Museo de Cáceres, un antiguo palacio, como no podía ser de otra manera. Hay expuestos objetos prehistóricos, romanos, etc… junto a explicaciones de los modos de vida de las distintas épocas en aquella zona y un aljibe que, según parece, es de los mayores del mundo. La entrada es libre.
Salir de fiesta en Cáceres
Cenamos unas raciones en el Mesón Gran Duque, de la calle General Esponza, que sale de la Plaza Mayor. No estuvo mal, sobre todo la Torta del Casar. Si te gusta el queso no puedes irte sin probarla.
Después, en la Plaza donde está la iglesia de San Francisco Javier, había un concierto de hip hop y lo mejor: unos chavalines, que no tendrían más de 16 tacos, bailando que daba gusto verles. Se hizo corro, claro. Luego fuimos al Corral de las Cigüeñas (en la Cuesta de Aldana). Es un bar con música no muy alta (algunos días hay concierto), media de edad de treinta y… (por lo menos ese día, que había una boda) y una barra al aire libre en verano donde se está muy bien. Había bastante gente. Y de allí, a una zona de marcha al ladito del Hostal que llaman la Madrila pero no había casi nadie. Nos dijeron que acababan de terminar las fiestas y por eso estaban casi todos los baretos vacíos.
Terminamos bailando en un pub que se llama Rita,… bonito nombre para un local cañerillo, aunque variado, desde los Rolling a AC DC, pasando por Marea, Muchachito Bombo Infierno o Manu Chao. Gente más bien jovencilla para las edades que me gasto yo y mis acompañantes J.
Trujillo y Guadalupe
El domingo, de camino para Madrid, paramos en Trujillo, que sí merece visita. En la Plaza Mayor se puede ver la estatua del conquistador de Perú: Francisco Pizarro, natural de esta localidad; iglesias, palacetes, soportales, el Ayuntamento,… y como no, las ineludibles cigüeñas “machacando el ajo”. Subiendo de ahí hacia el castillo se encuentra un busto de otro conquistador de las Américas: Orellana. (Qué feo, por cierto) y la Iglesia de Santa María la Mayor. El castillo árabe, se puede ver por dentro pero llegamos a deshora. Por fuera no tiene gran cosa y duramos poco allí bajo un sol de justicia.
El Monasterio que da fama a Guadalupe la verdad es que sí impresiona por fuera. Es precioso, y el entorno también porque pasadas las dehesas y los encinares, comienza la montaña. Guadalupe está enclavada en un valle de la Sierra de las Villuercas.
Hicimos visita guiada al Monasterio (4 euros) donde todavía viven diez monjes (no de clausura. Según el guía, son de los que salen a la discoteca. (Qué cachondo!)). Lo mejor de la visita, el claustro mudéjar, las pinturas de El Greco, Goya y Zurbarán. El resto seguramente lo disfrutarán más que yo los aficionados al arte sacro.
Y esto es lo que da de sí un fin de semana en tierras cacereñas. Habrá que volver para visitar Monfragüe, Coria y el Jerte, por lo menos, ¿no?
Proverbio árabe (En la casa de Yusuf Alborch lo vendían por 0,90 euros y aquí lo tenéis gratis!!)
No digas todo lo que sabes
No hagas todo lo que puedes
No creas todo lo que oyes
No gastes todo lo que tienesPorque:
El que dice todo lo que sabe
El que hace todo lo que puede
El que cree todo lo que oye
El que gasta todo lo que tieneMuchas veces:
Dice lo que no conviene
Hace lo que no debe
Juzga lo que no ve
Gasta lo que no puede
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