MARTES DÍA 6 – (MADRID – AMBERES) – Hoy es el gran día…. Como el vuelo salía muy muy temprano tuvimos que hacer malabares para ir al aeropuerto. Nos levantamos sobre las 3 para coger las maletas y subir andando hasta Cibeles desde donde sale el Bus Aeropuerto, que pasaba a las 4 de la mañana y que a esas horas tarda unos 20 min en llegar a Barajas. Total que… nos tocó esperar bastante pues hasta las 6 no salía el avión. Precio del vuelo i/v: 122.50 €
Llegamos a Bruselas-Charleroi a las 8 de la mañana y desde allí nos tocó coger un bus que nos llevara al pueblo y nos dejara en la estación de tren, donde cogeríamos un tren que nos llevara directamente a AMBERES. La estación central es muy chula. Una vez aquí, lo primero es lo primero: ir al albergue más cercano para ver si hay plazas…. Eso nos costó 30 min más o menos, atravesando una de las calles comerciales más famosas pero sin nada de encanto.
Como era muy temprano tuvimos que dejar las maletas y nos hemos ido a patear la ciudad: Amberes es la ciudad de Rubens… Grote Mark (plaza mayor) donde está el Ayuntamiento todo lleno de banderitas y edificios de arquitectura típica, la Groenplaats, muy cerda de la Catedral, (a la que no entramos), Castillo Het Steen , paseo por las orillas del río hasta el museo MAS. Eva entró a verlo y yo me quedé en un banco dormitando y después me volví andando al albergue pasando por el barrio rojo, que es más o menos parecido al de Amsterdam, aunque más pequeño.
Después de ducharnos y demás en el albergue salimos a seguir paseando, sobre las 18:30, esta vez por el barrio judío (viven judíos vestidos con la indumentaria propia: niños con dos coletitas, hombres con sobrero y trajes negros, con largas barbas blancas…), paseamos por el Stadspark y pasamos cerca de la casa en la que vivió Rubens, cerrada ya a esas horas.
Nos fuimos a la zona centro, cerca de la catedral, donde está todo lleno de restaurantes y nos cenamos una pizza muy rica y a la cama a dormir a las 11 porque el día ha sido muy largo.
p.d. por suerte, en el hostel pudimos coger mapas de todas las ciudades de Bélgica con sus albergues correspondientes, sitios interesantes y baratos que visitar, consejos y lugares para comer.
Índice
- 1 MIÉRCOLES 7 – (AMBERES-GANTE)
- 2 JUEVES 8 – GANTE
- 3 VIERNES 9 – (GANTE- BRUJAS)
- 4 SÁBADO 10 – BRUJAS- DAMME-BRUJAS
- 5 DOMINGO 11 – BRUJAS- BOULOGNE SUD MER
- 6 LUNES 12 – COSTA – PARIS
- 7 MARTES 13 – PARÍS
- 8 MIÉRCOLES 14 – PARÍS
- 9 JUEVES 15 – PARIS – BRUSELAS
- 10 VIERNES 16 – BRUSELAS
- 11 SÁBADO 17 BRUSELAS- MADRID
MIÉRCOLES 7 – (AMBERES-GANTE)
Nos pusimos el despertador a las 8 de la mañana (dormíamos con 3 italianas que no hacían nada de ruido J) y nos bajamos a desayunar (rico desayuno). Recogimos las maletas y las dejamos en la consigna del albergue y nos fuimos a recorrer al barrio de Zurenborg, recomendado por el recepcionista del albergue. A pesar de que la mañana estaba gris y chispeaba el barrio nos encantó. Por lo visto, en los años 70 quisieron derruir todas las casas para construir una ciudad nueva y la población se opuso y el resultado son unos edificios preciosos, de diversos tamaños, tipos, colores…del llamado Art decó.
Continuamos caminando hacia el ascensor de Santa Ana que baja hasta la entrada de un túnel que atraviesa el río por debajo. Desde el otro lado hay unas vistas bonitas de la ciudad, pero no pudimos apreciarlo demasiado porque estaba lloviendo y se veía poco.
Desde allí, andando de nuevo hacia el albergue a coger la maleta, nos compramos algo de comer en un super y de nuevo caminando hacia la estación de tren, donde comimos tranquilamente, aunque un poco mojadas de la lluvia.
Sacamos el billete a Gante para las 14:52 de la tarde y allá nos fuimos. En GANTE hay dos estaciones de tren… nosotras nos paramos en la ST Pietre, un poco al azar, y desde allí tomamos el Tran 1 (1,30 € el viaje) hasta una parada cercana al hostel objetivo.
Tampoco tuvimos problema con el alojamiento: pagamos 2 noches y subimos a la habitación a deshacer un poco la maleta y descansar, mirando la guía para saber dónde ir. A las 17:30 salimos a patear la ciudad…y van dos días sin parar.
Una de las cosas en las que estuvimos de acuerdo es que GANTE ha sido la ciudad belga que más nos ha gustado!!! Nuestro hostel estaba muy cerca del Castillo de los Condes de Flandes que es un edificio precioso, rodeado por un foso y por el que pasaríamos en multitud de ocasiones.
Desde allí, fuimos a ver lo más representativo de la ciudad: Las tres torres que corresponden al campanario de la Catedral de San Bavón (dentro se encuentra el cuadro de la Adoración del Cordero Místico una de las obras más famosas de los hermanos Van Eyck, que no llegamos a ver porque no entramos), a la Atalaya o Belfort, junto a la cual se encuentra la Lonja de los Paños, y a la torre de la iglesia de San Nicolás. Las vistas son espectaculares… eso, unido a los canales, las casas típicas bordeando el agua, los puentes…nos encantó!!! Con la vista de las 3 torres nos tomamos una cervecita en una terraza esperando que se dieran las luces de la noche, pues en la guía ponía que era precioso. Luego, la verdad es que no fue para tanto. Después paseamos un poco y nos comimos las típicas patatas fritas en un puestecillo (es la comida típica de aquí!!!). Nos retiramos al albergue tempranito, muertas de cansancio por todo el pateo y nos acostamos a las 22:30, que al día siguiente nos espera otro día de órdago.
JUEVES 8 – GANTE
Ha sonado el despertador a las 7:45 y bajamos a desayunar con nuestra compañera de habitación, una mexicana muy maja. Fuimos a la oficina de turismo que está muy cerca del Castillo y de la antigua lonja de pescado y desde allí al Antiguo Beaterío de Santa Isabel (no es nada del otro mundo), unas torres militares llamadas Rabot; paseamos desde allí por la ribera del río y llegamos al centro neurálgico de las 3 torres. Decidimos subir al Belfort (5 €) desde donde hay unas vistas preciosas!!! En la torre más alta hay un dragón dorado que escupe fuego. Con el tiempo se fue deteriorando y fue sustituido por otros y se fueron guardando dentro de la torre. El actual fue colocado con un helicóptero… ahora… cómo colocaron los otros???
Recomendado por la guía fuimos caminando a un edificio llamado Vooruit, que es una especie de centro cultural, de teatro, fiestas, etc… pero que estaba cerrado a cal y canto. Desde allí, y haciendo tiempo para comer, caminamos a la calle de Los Cristales, que es el barrio rojo de Gante. Volvimos a comer a una terraza que hay cerca del Vooruit, recomendada por la guía, que, al estar hasta arriba de gente del lugar, pensamos que sería buena opción: la comida estaba riquísima pero no había demasiada variedad en el menú, y cuando llegamos ya estaba agotado uno de los platos principales… en fin.
Después buscamos un sitio para reposar la comida y después continuamos hasta la confluencia de los dos ríos Lys con el Escalda y desde allí hasta la otra estación de tren: nada más cruzar las vías se nota el cambio en la tipología de gente: más inmigrantes, más “gitanos”, árabes, negros… Fuimos caminando caminando, en busca del cementerio que resultó estar más lejos de los que imaginábamos. El cementerio… bueno, más o menos normal, tumbas grises y con las fotos de los que están enterrados en cada una.
Volvimos al centro, por diferentes calles y llegamos hasta la Vrijdag Mark donde hay un puesto de patatas fritas en el que cenamos algo. Después nos compramos un goofre, otra de las comidas típicas de este país, y nos los zampamos en las orillas del canal.
Después compramos algo en el super y ya en el albergue, nos duchamos, descansamos, nos cambiamos, preparamos unos bocatas y nos los llevamos para cenar. Salimos sobre las 19 h y fuimos al centro a tomar una cerveza típica en una terraza con una vista espectacular de las 3 torres. No sé qué tienen estas cervezas pero se te suben a la cabeza en un pis pas.
Comimos los bocatas en unas escaleras, también con buenas vistas, nos tomamos otra cerveza en un bar y a las 22 nos fuimos al albergue a dormir la mona. A las 23:15 nos acostamos y compartimos habitación con unas chicas holandesas. La nota discordante la tuvieron unos españoles en la calle, que se dedicaron a dar voces y evitar que durmiéramos plácidamente…
VIERNES 9 – (GANTE- BRUJAS)
Nos despertamos a las 7:45 para bajar a desayunar, recoger la maleta y pirarnos. Tomamos el tran 1 para ir a la estación y desde allí pillar un tren a BRUJAS por 6.30 € a las 9:41 y que tarda 40 min.
En cuanto llegamos, lo primero fue ir a uno de los hostel que nos pillaba más céntrico pero no nos convenció a ninguna, pues sólo tenían una habitación de 8, sin baño y muy feo, así que, fuimos a otro que estaba más lejos pero mucho mejor. Reservamos 2 noches por 24.50 € cada una, con desayuno. Como llegamos pronto no nos pudieron dar la llave así que dejamos las maletas, cogimos la comida y nos piramos a patear, para variar.
En vez de meternos por todo el centro (pudimos ver que estaba todo hasta arriba de gente) nos fuimos bordeando la ciudad, por el canal, hasta llegar a unos molinos de viento muy pequeñitos pero similares a los holandeses. Continuamos caminando, viendo canales, casitas de arquitectura típica muy chulas, iglesias por todas partes….es una ciudad muy bonita pero para mi gusto demasiado hecha para el turismo, demasiado restaurada, limpia…
Llegamos a Mark, que es la plaza mayor, donde se encuentran millones de personas y todos los monumentos importantes: habíamos pensado en subir la torre de Belfort pero había tanta cola que al final desistimos. Como las vistas eran bonitas a pesar de la gente, nos hemos sentado en el suelo a comernos unos bocatas tan ricamente.
Después fuimos andando a Burg, otra de las plazas más famosas, también con miles de personas. Entramos a ver la Basilik, que es gratis, chiquitita y sin mucho que ver. En esta plaza está el Ayuntamiento, pero no lo pudimos ver bien porque estaba con andamios.
Huyendo del gentío acabamos en una cafetería llena de lugareños auténticos con los que intentamos mantener una conversación sin idioma común. Nos tomamos un capuccino que nos supo a gloria y continuamos nuestra caminata. Nos topamos con la iglesia de Santa Magdalena que albergaba una exposición mística japonesa muy peculiar. Desde allí nos fuimos al beaterío de Begijnhof, una zona muy chula donde antes vivían las solteras y viudas y donde viven ahora unas monjas benedictinas. Esta zona se encuentra detrás del Lago del Amor. Todo ello está ubicado dentro de un parque muy bonito lleno de cisnes, árboles, canales… y gente, claro.
Cerca de allí hay una oficina de información donde hemos preguntado sobre cómo llegar a Francia por la costa pero nos han dicho que no era posible. Así que… nos hemos venido al albergue a por las llaves y hemos colocado la maleta, nos hemos duchado y cambiado, descansado un poco y a las 19 h hemos salido a dar otro paseo.
Pasamos andando cerca de dos iglesias enormes que no habíamos visto hasta ahora: la iglesia de Nuestra Señora (su torre de 122 metros es la más alta de Bélgica) y la Catedral de San Salvador, que compiten en altura.
Llegamos al Kaffé des Passenger que es un restaurante recomendado por la lonely donde cenamos de maravilla, por 38 € las dos. Salimos de allí sobre las 21:30 a bajar la comida y había un montón de conciertos callejeros: samba do Brasil, pop, etc… íbamos parando y viendo un poco de todo. A las 23 ya no podíamos con nuestra alma y regresamos al albergue donde conocimos a unas uruguayas compañeras de habitación.
SÁBADO 10 – BRUJAS- DAMME-BRUJAS
Sonó el despertador a la misma hora de todos los días y a desayunar. Después, en el mismo albergue, alquilamos unas bicis (10 € al día) y después de cambiarnos y coger alguna cosilla emprendimos la marcha sobre las 10 de la mañana. Nuestro objetivo era llegar a Damme rodeando primero el Canal de Brujas y después siguiendo otro canal que en 7 km nos llevaría al pueblo. En el camino nos topamos con una caravana de tractores!!
Una vez en el pueblo preguntamos a un lugareño cómo ir a la playa y cuánto se tardaba y nos dijeron que unos 40 min… así que… allá que fuimos, sin saber muy bien por dónde. Pedaleando siempre por carril bici y señalizado llegamos a HEIST, que es un pueblo típicamente playero. Dejamos las bicis atadas en el paseo marítimo, paseamos un poco por la playa, hemos entrado en el baño (0.50 €) y buscamos un super para comprar algo y poder así comerlo con vistas al mar del Norte.
Volvimos a Brujas por distinto camino, pero todo ello por carril bici y señalizado, y ni una cuesta!!! Tomamos algo en un bar, atravesamos la zona centro de la ciudad, rodeados de millones de personas y decidimos irnos al albergue a descansar un poco y esperar a que mucha de esa gente se vaya.
A las 17 estábamos descansando, chateando por whatssapp, mirando cosas de Francia por internet, nos duchamos y cambiamos y después de pedir las luces de las bicis, nos fuimos con ellas a la zona centro, a ver si cenábamos algo. Había actuaciones en todas las plazas, con talleres de baile de muchos tipos, pero con demasiada gente. Para cenar buscamos y rebuscamos y al final acabamos en un kebab porque todo era demasiado caro.
Luego vimos un concierto de hip hop y cuando acabó regresamos en bici al albergue. A las 23:30 nos acostamos después de darle vueltas a cómo narices llegar a la costa francesa desde allí, sin dar un rodeo tremendo.
DOMINGO 11 – BRUJAS- BOULOGNE SUD MER
Nos levantamos a la misma hora de todos los días para desayunar, recoger la maleta e ir andando a la estación para pillar trenes hacia no sabemos dónde. Nuestra intención era ir a algún pueblo de la costa francesa pero a pesar de la cercanía física de Brujas, no hay trenes ni buses que vayan para allá y el trasbordo lo teníamos que hacer sí o sí en Lille. Desde allí y esperando sólo 10 min cogimos otro tren a Krojkek y aquí, supuestamente, nos informaríamos sobre cómo ir a la costa. Nos costó mucho encontrar información pues no había oficina de turismo ni nada por el estilo. Al final pillamos un tren a BOULOGNE SUR MER, por 23,40 euritos.
Por suerte, el albergue está a sólo 5 min andando desde la estación central (el pueblo tiene otra estación que se llama “ville”). Llegamos a las 14 h y como era pronto dejamos las maletas y nos fuimos por la ribera del río hasta una de las calles principales, muy empinada, por las que se accedía al centro histórico, amurallado. La zona de la muralla es chiquitita, con su castillo, su basílica de Notre Dame y poco más… Después nos fuimos andando hasta la playa del mar del Norte. La vista del puerto es más bien fea… típico puerto industrial, gris y contaminado. Por lo visto es una de las zonas de Francia más contaminadas y está en proceso de limpieza.
Como la oficina de información de la zona centro estaba cerrada fuimos a otra cerca de un Acuario que sí estaba abierta para preguntar sitios que recorrer y dónde ir al día siguiente. Después nos hemos dado un paseo por la playa (la que no es puerto y es de arena) y nos hemos vuelto al albergue para coger la habitación, dejar la maleta y reposar un poco.
Aprovechamos que la estación de tren está cerca para preguntar cómo se va a Le Havre en tren pero… es complicado y nos llevaría más de 6 h para llegar, así que, cambiamos planes.
Regresamos al pueblo a comprar algo de comer, paseamos un poco y nos volvimos al albergue de puro cansancio. Nos duchamos, estuvimos en internet un rato, lavamos ropa, etc. y a las 23 nos metimos en el sobre.
LUNES 12 – COSTA – PARIS
Despertador a las 7:30 para desayunar, dejar hechas las maletas y dejarlas en consigna. Nos explicaron en turismo que hay un bus (el número 44) que recorre la costa así que lo cogimos a las 9 por 1 € y en 1 h nos plantamos en el Cap Blanche Nez, cerca de Calais. Hacía un día nuboso y poco nítido pero aún así se podía ver la costa de Inglaterra. Nos hemos hecho una buena pateada, primero por un camino de tierra paralelo a la costa y después por la playa, casi desierta por el fresquito, hasta el Cap Gris Nez que es donde teníamos que coger el bus de vuelta. A lo largo de toda la playa se pueden ver búnqueres de la guerra pues esta fue una de las zonas más afectadas.
La cuestión es que la frecuencia de los buses hay que tenerla controlada pues si no coges el de las 13:10 te toca esperar hasta las 17 h… Con lo cual, los últimos tramos los hicimos a una velocidad de vértigo, pues creíamos que no llegábamos. Llegué a la parada antes que Eva, pregunto a un tipo que estaba allí sobre el bus 44 y me dice “acaba de pasar”… eran las 13 h… Yo en principio no me lo creí pero el tipo insistió y al final me di por vencida. Volví a buscar a Eva y decidimos meditar la forma de volver en la misma parada del bus… cuando lo vemos aparecer de lejos…¡¡qué alegrón!!! Eso sí, en cuanto montamos, le di las gracias al tipo en voz alta por ser tan sumamente gracioso…
Llegamos a la estación a las 14 h y preguntamos por trenes a París. Compramos algo en el super y lo comimos con vistas al río y al mar.
Cogimos el tren a París, a las 17:12, con llegada a las 19:54. Cuando llegamos, la oficina de turismo estaba cerrada y nadie sabía la dirección de los albergues. Hubo un momento de tensión, así que, decidimos llamar por teléfono a uno de ellos para preguntar su dirección y qué parada de metro nos venía mejor. Tuvimos una suerte tremenda pues llamamos a uno que estaba a una media hora andando así que decidimos dar un paseíto con las maletas, sin mapa ni nada, preguntando a varias personas.
Logramos encontrarlo (cerca de la Plaza de la República) y cogimos 2 camas para un día por ahora, y ver qué tal estaba el sitio. La habitación era de 4 personas, con baño común para toda la planta, 4º piso sin ascensor…. pero al final decidimos quedarnos por no andar con las maletas de allá para acá. Nos duchamos, lavamos ropa, comimos algo y a las 22 salimos a la zona de la Plaza de la Bastilla donde esperaríamos a la gran noche legendaria: encuentro con Carlos y Cris, que venían en un vuelo desde Madrid, camino de Perú.
Fuimos andando desde el albergue a la plaza de la Bastilla y nos metimos en un sitio a tomarnos una cerveza (qué caro es París!!! ). El encuentro fue espectacular y Carlos nos llevó andando a una calle de bares muy chulos (ellos había estado a principios de año por allí). Nos comimos unas crepes y nos tomamos unas cerves en sitios míticos hasta eso de las 3 de la mañana. Eva y yo estábamos agotadas y nos fuimos al albergue. A ellos les quedaban varias horas para coger el vuelo… Nos acostamos a las 4:15…pfff.
MARTES 13 – PARÍS
Nos pusimos el despertador a las 8:30 para bajar a desayunar, nos cambiamos, recogimos todo bajo llave y a la calle a patear… menos mal que el metro de París no come gracias a nosotras… Llegamos al Sena, y de ahí a Notre Dame (entrada gratuita. Parece que hay mucha cola pero va muy rápido), luego hacia el Louvre, atravesamos los jardines hasta la plaza de la Concordia, torre Eiffel, donde había una cola enorrrrme. Preguntamos para subir y nos dijeron que unas 2 h, y después de una disputa sobre qué hacer o no (Eva tenía claro que quería subir) nos quedamos a esperar. Pasaron las 2 horas y pudimos sacar la entrada por 8.5 €… lo que no sabíamos es que esta entrada sólo te subía hasta el segundo piso, donde tuvimos que esperar otra hora de cola y pagar otros 6 € para subir a la cumbre. Eso sí… las vistas desde arriba son impresionantes!!! No aptas para los que tienen vértigo!! Total de tiempo invertido: 3:45 h!!
Después de bajar fuimos andando hasta el metro Republic (1,70 € el billete sencillo) y antes de ir al albergue hicimos la compra en el super para comer. Descansamos una media hora y bajamos a cenar a un restaurante cercano llamado Bistro Tucan donde cenamos estupendamente y no demasiado caro. Nos volvimos al albergue, chateamos un ratito, ducha y charla con las compis y a la camita a las 23.
MIÉRCOLES 14 – PARÍS
Despertamos a las 8 para bajar a desayunar y volver a subir para cambiarnos y coger cositas. Hoy, nos separamos pues Eva se iba al Sacre Coeur y como yo ya lo conozco me fui en tren a Versalles. Después de hacer malabares para llegar (estaba cortada una línea de metro) lo hice a las 10:30 y me llevé otro shock: había millones de personas haciendo cola para entrar así que… me negué en rotundo… Además de que costaba 17 € tendría que esperar 2 horas y pico para entrar así que decidí hacer una visita a los jardines, que es gratuita y no hay que esperar colas.
La imagen del palacio por fuera te prepara para lo que ves por dentro, por lo visto: mucha ostentación y todo lleno de oro. Los jardines son preciosos, muy bien cuidado y muy limpios. Además, hay zonas (las más alejadas del palacio) donde casi no hay gente y puedes disfrutar un poco de soledad, vegetación, lagos…
Casi a la hora de comer me encontré ya con Eva, en la parada Pere Lachaise, esperó a que comiera algo pues ella ya había comido y entramos en el cementerio con el mismo nombre. Por suerte dentro hay baños gratuitos y me llamó la atención el hecho de que a la entrada venden un mapa con los puntos donde hay enterradas personalidades famosas. Dimos un buen paseo por dentro y vimos la tumba de Jim Morrison, donde había apostado un sujeto tocando la guitarra… muy personaje.
Descansamos un poquito en una de las puertas del cementerio y nos volvimos andando al albergue otra media horita. Nos duchamos y vía on-line, reservamos los billetes de autobús con Eurolines hasta Bruselas a través del móvil (27 € cada uno). Como había que imprimir el billete pedimos al de recepción si podía hacerlo y, muy majete, nos dijo que sí.
Salimos del albergue sobre las 19 h y nos fuimos a la isla de San Luis, para tener otras vistas de Notre Dame y ver la puesta de sol. Después y como siempre caminando al barrio Latino, donde nos tomamos una cerveza en la Rue Descartes, en un sitio muy chulo llamado Chapi Chapo. Después fuimos a un sitio para cenar que nos recomendó un amigo pero estaba cerrado así que elegimos otro y nos tomamos una Fondue + Reglettes muy rica pero… salimos rondando (40 € las dos). Bajamos al Sena para ver si bajábamos un poco la comida y para que Eva viera todo el río iluminado. Pasamos por el Louvre y cogimos el metro en Royal Palace para venirnos a casa. Vimos iluminada la Torre Eiffel con fuegos artificiales a las 12 en punto.
Nos acostamos a la 1… agotadas física y mentalmente.
JUEVES 15 – PARIS – BRUSELAS
Nos despertamos a las 8:30 para bajar a desayunar, subir a hacer la maleta y, después de un contratiempo con la cremallera de la mía (se quedó atascada pero por suerte lo apañé como pude) salimos sobre las 10:30 dejándolas en el albergue.
Caminamos ¡¡cómo no!! para intentar ver la Santa Capilla pero para variar había una cola tremenda. Desde allí fuimos al Museo de Orsay, con la cola oportuna, con lo cual no entramos y paseamos por las orillas del Sena, tranquilamente, como despedida de la ciudad.
Sobre las 12:30 emprendimos la vuelta al albergue, tranquilamente también, arrastrando los pies de puro cansancio. Compramos algo de comer en el Carrefour, cogimos la maleta y fuimos a la estación de bus en el metro (Gallieni). La estación es un caos total!!!. Por lo visto el bus es un transporte minoritario en Francia y la estación es muy pequeña y caótica. Hubo una disputa entre 2 pasajeros y el personal que retrasó toda la cola que había que esperar (aunque teníamos impreso el billete era necesario hacer un check in del equipaje y por tanto pasar por taquilla) pensábamos que perdíamos el bus porque sólo había esa cola para nuestro destino… en fin. Al final, conseguimos subir al bus y la salida se retrasó 15 min (salimos a las 15:45).
Llegamos a BRUSELAS – Gare du Midi a las 19:15 y de ahí fuimos al albergue, 30 min andando, pasando por unos barrios un poco lúgubres, oscuros, con gente rara….
En el albergue, muy céntrico, había plazas así que reservamos para nuestras 2 últimas noches. Aquí nos echamos la manta a la cabeza y pedimos habitación doble con baño para las dos y cuál fue nuestra sorpresa que ¡¡no tenía wc!!! Sólo ducha!!! Nos partíamos de risa. Después de ducharnos y sacar lo de la maleta, me fui a la plaza principal donde se oía música mientras Eva lavaba ropa. Se me unió al poco rato. El concierto era en un recinto cerrado al aire libre, pero nos pusimos en un alto desde donde se veía y oía perfectamente. Acabó a las 21 y nos fuimos al centro neurálgico donde, como viene siendo habitual, personas no faltaban.
Dimos una vuelta por la Gran Platz de noche y cenamos un kebab mierdero por 4 duros y nos vinimos al albergue sobre las 23, a dormir.
VIERNES 16 – BRUSELAS
Nos pusimos el despertador a las 7 … tempranito porque hay mucho que ver. Bajamos a desayunar y nos preparamos para emprender el día de ruta. Primero nos fuimos al Palacio de Justicia, un edificio enorme inspirado en templos egipcios al que se llega subiendo por un ascensor pues está en uno de los puntos más altos de la ciudad. Eso sí… estaba en obras y lleno de andamios por lo que no lo pudimos ver bien. Las vistas desde allí son fantásticas… se ve el Atomium y la Basílica a lo lejos.
Desde allí fuimos al Palacio Real donde vive la familia real todo el año excepto en verano que lo abren al público. Es gratuito y como hasta las 10:30 no abre nos dimos un paseo por un jardín que hay en frente. Por dentro, el palacio es como todos los palacios: lámparas enormes de cristal, dorados por todas partes, cuadros enormes… la nota original la da una sala cuyo techo y lámpara están forrados de una especie de escarabajo verde brillante de Tailanda, obra de un tal Jan Fabre. Menos mal que, según he podido saber luego, no es una especie protegida, es más, en estos países se come frita.
Continuamos ruta hasta la Catedral gótica, del mismo estilo que la de Notre Dame de París y desde allí atravesando la zona de negocios hasta llegar a la Basílica. Este monumento es muy poco nombrado en las guías y por fuera es muy bonito (por dentro no tiene nada por lo visto).. eso sí… está a tomar vientos!!! (metro Simonis).
De nuevo caminando, callejeamos y atravesamos barrios con diferentes etnias, compramos algo en el super y nos lo comimos una placita. Después fuimos a la Plaza Santa Katerina, con la iglesia del mismo nombre (su parte frontal está restaurada y es blanca pero el resto tiene un color negruzco). Al lado está el Parking panorama (recomendado por el mapa de los albergues de Bruselas) que es un parking con acceso gratuito desde cuya azotea hay unas vistas muy buenas de la ciudad.
Nos compramos agua, nos tomamos un café en un bar del centro (en el baño del bar cobraban 0.30 € incluso para clientes y me negué a entrar) y acabamos en la Grand Platz para verla de día. Luego fuimos a ver al Manneken Pis (me sigo preguntando cómo una escultura tan fea y tan pequeña puede ser famosa) y de ahí al albergue a descansar un poco.
Salimos a ver un concierto de Reggae, nos tomamos una cerveza (precio entre 3.5 y 4 €) y nos comimos un goofre cada una (fue demasiado!!!) y empezó a chispear así que dimos un pequeño paseo y al albergue sobre las 22.
SÁBADO 17 BRUSELAS- MADRID
Nos pusimos el despertador a las 7:45 para bajar a desayunar, hacer la maleta y dejarla en cosigna (nos cobraron 1.50 €) y nos fuimos a ver las cosas que nos quedaban pendientes. Primero a ver la niña haciendo pis (Jeanneke pis) (está escondida en un callejón) y como era muy prontito casi no había gente y daba gusto andar. Después fuimos a la estación central a coger el metro para ir a ver el Atomium (3.70 € i/v) pues pilla muy lejos del centro para ir andando. La verdad es que el monumento es impresionante. Nos hicimos una larga sesión de fotos dando saltos y regresamos a la zona centro a comprar chocolates en un supermercado para llevar a España.
Comimos en un restaurante recomendado por la Lonely, que se llama Arcady… la comida estaba buena pero fue bastante caro, y en la lonely venía como económico. Luego nos fuimos a un parque a reposar, oyendo músicos callejeros. Como no teníamos más cosas que hacer ni sitios por visitar interesantes nos fuimos al albergue a las 16:15 a recoger la maleta, ir al baño y andando tranquilamente a la zona donde se cogía el bus para ir al aeropuerto de Charleroi. El autobusito en cuestión cuesta 17 € cada uno… ahí es nada!!!.
Después de esperar un par de horas en el aeropuerto, regresamos a Madrid.
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