En el punto más al sur de Portugal peninsular se encuentra la Fortaleza de Sagres; un lugar donde muchos pescadores tiran sus cañas desde los altos acantilados en busca de la mejor captura.
La Frotaleza de Sagres es una antigua fortaleza ubicada en una pequeña península; una fortaleza cuya muralla solo cierra el único lado que no da al océano Atlántico. El resto de la fortaleza se protege gracias a los enormes acantilados sobre los que está construida.
Fotografías de los pescadores de la Fortaleza de Sagres.
Mientras los visitantes, los turistas, paseamos por los caminos que recorren por completo la fortaleza, los pescadores se afanan en sus tareas. Cada pocos metros hay un pescador o grupo de pescadores que preparan sus aparejos de pesca. La escena resulta curiosa y el momento ideal para tomar algunas fotos de estos pacientes hombres de piel curtida y rostro ajado.
Poniendo el cebo en el anzuelo.

Las manos curtidas por el tiempo manejan con soltura los cebos y los anzuelos; en apenas unos segundos, el cebo está ensartado y el pescador listo para otro intento.
Atando el anzuelo al sedal.

Cuando el anzuelo se pierde el pescador debe reponerlo; haciendo uso de sus manos el pescador prepara el nudo que sujetará el anzuelo y con los dientes afianza con fuerza el hilo.
Preparándose para comenzar a pescar.

Rostros castigados pero amables y momentos que te invitan a la relajación. El viejo pescador saca todo su equipo, cañas, cubo, cebo y refresco. Con la tranquilidad que le dan los años, se sienta buscando la mejor postura sobre la rocas y pacientemente prepara su sedal.
Praparando el cebo

Al fondo, a bastante distancia un hombre de pelo blanco prepara el cebo que utilizará para pescar. Utiliza pequeños peces, del tamaño de una sardina, que machaca con una piedra. El ruido de las olas no deja llegar a nuestro oídos el piqueteo de la piedra al aplastar el cebo.
Un paisaje de cuento para pescar.

El cabo de San Vicente y su faro se ven perfectamente desde la Fortaleza de Sagres. Los pescadores tienen ya sus sitios y comienzan a tirar las cañas desde lo más alto del acantilado.
Pesca de alto riesgo.

A lo lejos, en la punta más oriental de la fortaleza, en el mismo acantilado, a mitad de pared entre el nivel del mar y la parte superior de la enorme pared, una silueta. Un pescador sobre una repisa a la que prácticamente llegan las olas al romper contra la roca. En la distancia pudimos ver como preparaba con mucho cuidado su puesto de pesca.
La fuerza del mar

El mar está picado en esta zona, las olas que rompen contra el acantilado se levantan decenas de metros. La altura que alcanza la espuma de las olas al romper es tal, que supera la altura de los enormes acantilados en los que permanecen los pescadores, cada uno en su puesto.
La tranquilidad de la pesca.

Parando un rato a observarles se puede ver la destreza que los pescadores tienen en el manejo de la caña, el carrete y el sedal. La pesca con caña transmite una sensación de tranquilidad que solamente se ve alterada cuando algún pez queda enganchado en el anzuelo.
La fortaleza de Sagres y el cabo de San Vicente son dos postales paisajísticas típicas de la zona. Pero si te fijas con detalle y te gusta la fotografía, encontrarás otras muchas cosas que fotografiar.
Escribe un comentario
Ver Comentarios