Continuando nuestro viaje por Islandia. Después de nuestra parada para visitar Geysir, estamos ya preparados para comenzar ver algo que fotografiaríamos una y otra vez y casi continuamente durante todo nuestro viaje por Islandia; las cascadas (aprenderos que en Islandia todo lo que acaba en foss es una cascada). Desde Geysir partimos hacia la primera de ellas, a muy pocos kilómetros, unos 10 aproximadamente se encuentra Friðland við Gullfoss, donde se encuentra una de las atracciones más populares de Islandia, esta es la cascada que se encuentra en el río Hvítá, la impresionante cascada de Gullfoss que dependiendo de la perspectiva desde la que se mire, parece que desaparece en una enorme grieta.
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Gullfoss, la primera gran cascada que vimos en Islandia.
Siguiendo por la carretera 35 desde Geysir, llegamos a Gullfoss en unos 15 min aproximadamente, en este sentido de circulación encontramos una indicación para salir a la izquierda de la carretera que nos lleva al enorme parking que hay allí esperando a todos los visitantes que se acercan a ver este inmenso torrente de agua.
Desde el propio parking sale una escalera que baja hasta una terraza natural, junto al cañón por el que parece que la cascada desaparece tras dos saltos de agua consecutivos, y que es ya el primer mirador. Desde este mirador sale un sendero que nos llevará hasta la parte en la que comienza a caer el agua de la cascada para tener así otra perspectiva que nos permitirá ver la profundidad del cañón y el curso que lleva el agua tras su estruendosa caída.
Después de un rato escuchando el ruido del agua precipitándose, viendo caer miles de litros de agua y viendo el arcoiris formado por las particulas de agua en suspensión, emprendimos nuestro viaje hacia nuestro siguiente destino, Seljalandsfoss.
De Gullfoss a Seljalandsfoss
Teníamos por delante varios kilómetros de carretera en nuestra máquina de consumir Gasoil (no veáis lo que consume un 4×4 con esas ruedas que les ponen), unos 130km aproximadamente, así que desde Gullfoss tomamos la carretera 30 dirección sur durante unos 60km hasta que llegamos a la carretera 1 donde aún nos esperaban otros 60km para llegar a la siguiente parada.
Más o menos a mitad de camino paramos en un pequeño pueblo que tenía un supermercado donde entramos a comprar algo de beber para acompañar todas las viandas que habíamos llevado desde España en previsión de que en Islandia “no hubiera comida”. Teníais que ver la cantidad de embutido al vacío que llevábamos. La verdad es que lo llevamos pensando en ahorrar un poco comiendo bocatas de embutidos de nuestro hogar en vez de sandwich más caros de lo que quiera que sea lo que les ponían.
Compramos unas cervezas light (menos de 3,5 % Vol creo recordar) que es la única cerveza que puedes comprar en supermercados en Islandia. Las cervezas de más alcohol solo se venden en sitios con permiso para venta de bebidas alcohólicas. Allí mismo comimos, en la terraza del supermercado para disfrutar del buen tiempo que nos acompañaba.
Seljalandsfoss y su permanente arcoiris.
Comida, reposo y otra tanda de km para llegar a Seljalandsfoss, que por supuesto está debidamente indicado en un cartel junto a la carretera, donde dejaríamos el coche para ir andando hasta la “entrada”.
Se puede llegar con el coche hasta estar justo delante de la cascada, pero un poco de paseo tras el viaje en coche siempre se agradece. Además de lo bonito del entorno en el que la cascada se encuentra, esta cascada tiene la curiosidad de que hay un sendero circular, muy corto, que sale a la derecha del salto de agua, subiendo hasta media altura para pasar por detrás de la caída de agua y volver de nuevo a la verde pradera que hay delante.
El sendero que te permite pasar por detrás de la cascada de Seljalandsfoss
El sendero tiene escaleras y barandillas en las partes “más arriesgadas” para evitar resbalones tontos, y porque no decirlo, para hacer más fácil y accesible estas vistas para todos. Esta cascada tiene unos 60m de altura, y parece ser que antaño vertía directamente el agua del río Seljalandsá al mar, de hecho, si te fijas durante el viaje, verás que durante un buen rato, a un lado de la carretera se ve continuamente el mar casi al mismo nivel que la carretera.
El pasar por el sendero que va por detrás de una cascada solo puede suponer una cosa; que termines calado por el agua que hay en suspensión. Así que recomendamos encarecidamente que si lleváis cámaras, estas sean sumergibles o vayan bien protegidas, también recomendamos un chubasquero para que no acabéis con la ropa empapada.
Nosotros siempre llevamos a los viajes nuestra ropa de montaña, que tiene la cualidad de repeler bastante bien el agua y además seca rápidamente, amén de lo poco que ocupa y que se puede llevar bien arrugadita, jeje.
El recorrido por detrás de la cascada se puede hacer en unos minutos, depende del tiempo que quieras estar detrás haciendo fotos y disfrutando del estruendo del agua cayendo mientras permaneces parado, anonadado, entre una pared y una enorme cortina de agua que cae ante ti (Este momento me recordó otro que viví hace años en Venezuela, en Canaima, tras el salto Hacha en nuestro camino hacia el Salto Angel).
Otras rutas en Seljalandsfoss
También se puede hacer una ruta que te sube a la parte superior de la cascada desde donde puedes observar donde comienza a caer el agua.
Nos tumbamos un rato al sol para secar nuestra ropa un poco y disfrutar del sol y de las geniales vistas que teníamos del intenso verdor que había, con ese cielo azul y el blanco de la cascada… aún no sabíamos lo que nos esperaba en Skógafoss y en Dettifoss.
Rumbo hacia Vik y las playas negras.
Después del merecido descanso partimos hacia Vik donde plantaríamos nuestras tiendas, pero no sin antes pasar por las playas de arena negra de Kirkjufjara y Reinisfjara que os contaré en la siguiente entrega.
Os dejo este enlace a Wikipedia en el que veréis todas las cascadas que hay en Islandia.
Nuestro viaje por Islandia
- – Video – Visita Islandia – Viaje al origen de la tierra
- Visita Geysir – Con la mochila por Islandia I
- Gullfoss y Seljalandsfoss – Con la mochila por Islandia II
- Las playas negras de Islandia – Kirkjufjara y Reynisfjara – Con la mochila por Islandia III
- Vík y los Reynisdrangar, los trolls de piedra – Con la mochila por Islandia IV
- Frailecillos en Islandia – La colonia del puerto de Borgarfjörður
- Lindarbakki – Una de las casas de césped de Islandia
- Visitando la iglesia de turba de Geirsstadir
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